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Alphonse Legros, "Writer" (L’ecrivain). |
El buen escritor dice sólo lo que piensa. Y eso es lo que importa. Porque el decir no es sólo la expresión, sino la realización del pensamiento. De la misma forma el andar no es sólo la expresión del deseo de alcanzar una meta sino su realización. De qué tipo de realización se trata, si responde con precisión a su objetivo o si se pierde exuberante y poco nítida en el deseo, eso dependerá del entrenamiento de quien se halla en camino. Cuanto más disciplinado sea, evitando los movimientos excesivos y bamboleantes, tanto más cada postura de su cuerpo se bastará a sí misma y tanto más adecuado será el empleo del cuerpo. Al mal escritor se le ocurren muchas cosas en las que agota sus energías igual que el mal corredor sin entrenamiento se agota en los movimientos laxos y enfáticos de sus miembros. Pero justamente por eso nunca puede decir en forma desapasionada lo que piensa. Es un don del buen escritor el darle a su pensamiento la forma del espectáculo que ofrece un cuerpo ingenioso y bien entrenado, mediante su estilo. El buen escritor nunca dice más de lo que pensó. Así su escritura no redunda en provecho de él mismo sino exclusivamente de lo que quiere decir.
Walter Benjamin (1892-1940). Cuadros de un pensamiento. Argentina: Ediciones Imago Mundi, 2013.