Remedios Varo, "Ermitaño meditando" (1955)
En las grandes paredes de los claustros antiguos
se mostraba en escenas la más santa Verdad,
que así daba calor a las pías entrañas
y templaba los fríos de lugar tan austero.
Cuando entonces de Cristo florecía la siembra,
más de un monje notable olvidado hoy en día
eligió por taller lo que fue camposanto,
y con toda humildad daba gloria a la muerte.
Como un mal cenobita, esta tumba de mi alma
desde siempre he habitado y allí paso mis días;
nada adorna los muros de estos claustros odiosos.
¡Soy un monje haragán! ¿Cuándo voy a poder
convertir el teatro de mi triste miseria
en labor de mis manos y en amor de mis ojos?
Charles Baudelaire (1821-1867). Las flores del mal. Editorial Planeta, S.A., 2002. Versión de Carlos Pujol.