Las anécdotas, evidentemente... Todos los seres humanos se parecen entre sí. ¿Para qué desgranar nuevas anécdotas? Carácter inútil de la novela. Ya no quedan muertes ejemplarizantes; el sol nos falla. Tenemos necesidad de metáforas inéditas, algo religioso que incluya la existencia de aparcamientos subterráneos. Y naturalmente nos damos cuenta de que eso es imposible. Muchas cosas lo son, por otra parte. La individualidad es, esencialmente, un fracaso. La sensación del yo, una máquina de fabricar sentimientos de fracaso. La culpabilidad parece ofrecer una vía interesante, a condición de que haga buen tiempo. Casi imposible de desarrollar. Inteligente e inédita, en todo caso. Gran objetividad.
MICHEL HOUELLEBECQ (1956). Poesía, 2012. Barcelona, España: Anagrama.
La sociedad en la que vivís tiene como fin destruiros. Otro tanto se puede decir de vosotros respecto a ella. El arma que empleará es la indiferencia. Vosotros no podéis permitiros adoptar la misma actitud. ¡Pasad al ataque!
Toda sociedad tiene sus puntos débiles, sus heridas. Meted el dedo en la llaga y apretad bien fuerte.
Profundizad en los temas de los que nadie quiere oír hablar. El envés del decorado. Insistid sobre la enfermedad, la agonía, la fealdad. Hablad de la muerte, y del olvido. De los celos, de la indiferencia, de la frustración, de la ausencia de amor. Sed abyectos, seréis auténticos.
Vuestra misión no es ante todo proponer, ni construir. Si lo podéis hacer, hacedlo. Si acabáis por concluir contradicciones insostenibles, decidlo. Pues vuestra misión más primordial es la de profundizar hacia lo Verdadero.
Sois el enterrador y el cadáver. Sois el cuerpo de la sociedad. Sois responsables del cuerpo de la sociedad. Todos responsables, en igual medida. ¡Besad el suelo, basura!
Determinad la inocencia, y la culpabilidad. Primero en vosotros mismos, lo que os proporcionará una guía. Pero también en los demás. Considerad su comportamiento, y sus excusas; luego juzgad, con toda imparcialidad. No os respetéis ni a vosotros; no respetéis a nadie.
No podéis amar la verdad y al mundo. Pero vosotros ya elegisteis. Ahora el problema consiste en ser fieles a esa elección. Os invito a conservar el ánimo. No porque podáis esperar algo. Al contrario, sabed que estaréis muy solos. La mayoría de la gente se reconcilia con la vida, o bien se muere. Vosotros sois suicidas vivientes.
MICHEL HOUELLEBECQ (1956). "Sobrevivir" en Poesía, 2012. Barcelona, España: Anagrama.