Cuando tú te quedes muda,
cuando yo me quede ciego,
nos quedarán las manos
y el silencio.
Cuando tú te pongas vieja,
cuando yo me ponga viejo,
nos quedarán los labios
y el silencio.
Cuando tú te quedes muerta,
cuando yo me quede muerto,
tendrán que enterrarnos juntos
y en silencio;
y cuando tú resucites,
cuando yo viva de nuevo,
nos volveremos a amar
en silencio.
Y cuando todo se acabe
por siempre en el universo,
será un silencio de amor
el silencio.
Andrés Eloy Blanco (1897-1955). "Las cien mejores poesía líricas venezolanas", Pedro P. Barnola (comp.). España, 1964.
0 comentarios