ESA inclinación, en los años
en que todas éramos niñas,
a estar mucho tiempo solas, era dulce;
a otras se les iba el tiempo en lucha,
y cada una tenía su banda,
su cercanía, su lejanía,
un camino, un animal, una imagen.
Y yo pensaba aún que la vida
nunca cesaría de hacer
que reflexionáramos.
¿No estoy en mí en lo más grande?
¿No ha de consolarme ya lo mío
y comprenderme como cuando era niña?
De pronto estoy como repudiada,
y en algo demasiado grande
se me convierte esta soledad
cuando, sobre los cerros de mis pechos,
erguido, mi sentir reclama a gritos
tener alas o tener fin.
Rainer María Rilke (1875-1926) "Nuevos poemas", 1907. Versión de Federico Bermúdez-Cañete. Hiperión, 1991.