Las Flores Rotas

Blog de poesía

Walt Whitman by Thomas Eakins (1891)


Como un Dios que edificase poemas á bofetadas mentales, Walt Whitman está sentado, está sentado sobre la majestad de la vida con el entendimiento del corazón en Yankilandia, la pierna derecha en Pekín y la pierna izquierda en Berlín, todo el cuerpo sobre TODO el mundo, jugando poker con los muertos sobre el tapete azul de lo infinito, platicando con las estrellas y oyendo, oyendo, oyendo los ruidos cóncavos y tracendentales de la época, la perpendicular YANQUI, las tonadas tristes, tristes que los pastitos nuevos de Manhattan, tiernos como niñitos, tiernos como pajaritos, tiernos como animalitos, entonan atardeciendo, amaneciendo, atardeciendo entonan y la voz de las granjas rústicas...

 

* 

Los gestos cósmicos convergen en él como el alma de los sonidos á una estación radiográfica o como los gusanos á las tumbas, lleno de música, todo lleno de música sonríe y la tierra florece, llora, y entra el Invierno, canta, canta y entonces es como si los pájaros, las cosas y los hombres, las montañas, los sepulcros, los campos, las ciudades, las ciudades rojas, los cielos, los océanos, las esposas, las novias y las madres, los niños, las rameras, los criminales, los estadistas, los mercaderes, el bien y el mal, los hospicios, los manicomios o las casas honestas se pusiesen á cantar la primera canción de los tiempos; canta, canta, canta Walt, el bueno, canta y las gentes oscuras se dicen: EL MUNDO ESTÁ CANTANDO, el mundo; canta y los esqueletos se preguntan: ¿quién?... y abren la puerta eterna con sus dedos enormes, llenos de lo amarillo de las huesas, llenos de lo amarillo de las huesas.

 

 

Pablo de Rokha (1894-1968). Los gemidos. Santiago de Chile: Editorial Cóndor, 1922.

 

Natalia Treviño (2024). Foto cortesía de la autora.

 

Natalia Treviño (Monterrey, Nuevo León, México, 2005) es una joven poeta mexicana que, con su primer poemario, «Almas entrelazadas», construye un cuerpo poético donde el amor, la identidad, la pasión, lo carnal, la pérdida, la belleza, la esperanza, entre otros temas, nos conectan con lo más profundo de nuestro ser. Esos cimientos fueron el punto de partida para que la autora nos cuente su percepción de la vocación literaria, la relación entre la creación y la lectura, así como una breve reflexión de lo intuitivo en las nuevas formas de promoción digital.

 

Preguntas: 

1) Su resumen literario nos dice que ha participado en diversas competencias literarias, talleres, además de estudiar Lengua y Literatura Españolas. Siendo tan joven, ¿cómo llegas a la vocación de escribir?

Mi vocación por la escritura nació cuando tenía alrededor de ocho años; recién había empezado a leer novelas de ficción. La lectura tuvo un gran impulso en mi creatividad, cada historia despertaba en mí la curiosidad de imaginar y crear mis propios universos.
Al principio, escribía cuentos o novelas inconclusas en inglés, y, con el pasar de los años, comencé a escribir algo de poesía en ese idioma. No fue hasta hace dos o tres años que quise enfocarme totalmente en la poesía, esta vez en español.


2) Poesía: ¿Mandato o elección?
 
Yo diría que elección. Es un género literario con el que decidí enfocarme, nadie forzó a escoger entre uno u otro. Lo sentí como una atracción natural hacia su capacidad de condensar emociones, imágenes y pensamientos de una manera única. Podría decirse que fue una elección consciente.


3) Sus poemas indagan sobre el amor, lo carnal del deseo, la pérdida, entre otros temas. ¿Consideras que hay límites a la hora de escribir poesía?
 
Creo que no existen “límites” como tal, pero sí hay ciertas reglas que se han establecido tanto en la poesía tradicional como en el verso libre. La diferencia está en que, en el verso libre, cada autor decide cuáles reglas se impone y cuáles rompe. Pienso que lo bello de la poesía es justo eso, el crear una voz poética y una estructura propia en la que se adapta a lo que se quiere expresar, de un modo que pueda conectar con el lector o al oyente de una manera coherente.
 

4) Respecto al proceso creativo de escritura de tu primer poemario «Almas entrelazadas», ¿primero nació el tema o los poemas fueron intuiciones hacia la gestación de un cuerpo poético?
 
En realidad, nacieron primero los poemas. No tenían el tema definido desde el inicio, sino fueron surgiendo conforme iba escribiendo y, poco a poco, comenzaron a conectarse por sí solos, por los temas que tenían en común entre sí. Con el tiempo, al reunirlos y revisarlos, me di cuenta que existía una conexión que los entrelazaban. Fue entonces que escogí aquellos que mejor representaban la forma y la esencia de lo que ahora es "Almas entrelazadas".


5) ¿Qué le motivó a escribir «Almas entrelazadas»?
 
Hubo una época en la que escribí muchos poemas con temas en común; me sumergí tanto en ellos que incluso los editaba bastante, no por obligación, sino por gusto. Al notar la conexión que compartían, me animé a reunirlos y darles forma en un libro para compartirlos con los demás. Entonces, fue más el impulso del “¿qué pasaría si…?”, porque no empecé con algún objetivo en específico, sino que conforme iba avanzando el tiempo, decidí crear el poemario.
 

6) ¿Tuvo algunos escritores/escritoras en mente o leyendo durante el proceso de composición de su primer poemario?
 
Sí, leí varios poemas de Rosario Castellanos y de Mario Benedetti durante el proceso de creación. Y leí "Para que las estrellas te recuerden" de Carmen Alardín, y "Dylan y las ballenas" de María Baranda durante el proceso de edición, junto con mi editor.
 

7) ¿La palabra justa o la necesidad de que la palabra se ajuste a lo deseado?
 
Creo que debe de haber un equilibrio en ambos conceptos, en mi opinión. En la poesía, la palabra justa debe lograr esa máxima resonancia tanto en lo sonoro como semántico y rítmico; que “suene” correcta. Sin embargo, los poetas rompen algunas veces las reglas de la lengua, para que la misma palabra pueda ser ajustada según las necesidades de la métrica, la rima o incluso hasta el efecto que se desea transmitir. Estos conceptos dependen mucho del poeta y del poema; siempre tiene que haber un balance.


8) En nuestra época desbordada por la multimedia, ¿cuál considera ha sido el impacto de las redes sociales digitales en su obra?

Las redes, sobre todo el tener una plataforma en Instagram, me ha ayudado bastante tanto al alcance hacia diferentes personas en la obra como en mi crecimiento mí como autora. Me ha permitido compartir procesos creativos, dialogar con otros y crear contenido distinto a lo que hago y que, a la vez, me divierte. 
 

9) Además de promover su primer poemario «Almas entrelazadas», ¿tiene algún proyecto literario en mente a largo o mediano plazo?
 
Si quisiera tener un proyecto a mediano o largo plazo en concreto, pero con la universidad y entre otras actividades no me ha dado el tiempo para aterrizar y comprometerme en un proyecto literario. Por ahora solo estoy escribiendo por gusto, entre los ratos que tengo, y para pasar mis asignaturas.
 

10) ¿Vivir para escribir o escribir para vivir?
 
Yo diría que “vivir para escribir”. Siento que uno tiene que vivir para poder contar lo que siente, lo que percibe, imagina y experimenta. Y la escritura es un tipo de medio por donde se transmiten estas sensaciones. Aún así, creo que ninguna de las dos opciones son correctas, sino que son formas diferentes de percibir la escritura. 
Kamisaka Sekka, "A Thousand Grasses Pl.05" (1900)


Vivo en una casa sin sombra ni sol
donde los muertos habitan en las ventanas
y se trepan en la reja para ver el pasado

el ruido de la puerta del garage
el arbolito de navidad que no se quita

La colcha y el clóset son las únicas formas seguras

Vivo en un lugar que es elocuente
                    pero solapa con silencio todas las carnes que lo habitan
donde las paredes se quiebran por la lluvia
hay ojos que gritan en cada puerta
y sed en el colchón

esquinas sin forma
figuras de mármol resquebrajadas
la luna escondida entre los labios de una mujer

Ahí vivo, perdida, entre recortes de un cuerpo que se enrosca y se inmuta.

 

 

Arianna Hernández Mathison (1996). Poesía internacional: Arianna Hernández Mathison. Lima, Perú: Revista Kametsa (en línea), 8 de septiembre de 2025.


Link: https://revistakametsa.wordpress.com/2025/09/08/poesia-internacional-arianna-hernandez-mathison-venezuela/

Thomas Jones, "A Wall in Naples" (about 1782)


CEGUERA

 

Los ojos necesitan renacer en las flores,

Extraer de la tierra la luz que los sustenta

Para negar con ella a su contrario.

Pero el ojo es oscuro y la luz no lo alumbra,

El ojo visionario para sí mismo es ciego,

Una mano cerrada sobre el día,

Cautivo de la luz, sombrío entre las flores.



FIDELIDAD


Bandadas de aves en vuelo

Sobre montañas que no os detienen,

Me dais lo inaccesible.

Cómo tendré que andar

Si parto fiel a un deseo imperioso.

Cuántos años deberé auxiliarme

Sólo con presentimientos.

Cuánta maceración

Para que llegue al fin

El mismo que debió partir.

 

 

CONTRASTE

 

Todo se ordena.

Los cielos se equilibran perfectamente.

El mar se estira de una costa a la otra.

La luz de la mañana se deleita a sí misma.

Las algas se alimentan y crecen.

Cada día sostiene a la gaviota.

Brillan los peces en la oscuridad del mar.

Sólo a él los párpados le pesan.

En el día más claro se le escapa el sentido.

Y se duerme sin luz sobre la arena de oro.



Luis Oyarzún (1920-1972). Necesidad del Arcoíris. Chile: LOM Ediciones, 2002.

 

David Jacobsen, "The Cat in the Studio" (1860)

 

NADA

 

Cava a fondo

de ti mismo

Usa el pico y la pala

o tus propias uñas

No importa

no vas a encontrar nada.

 

 

H

 

Herir hondo

que la hoja hienda

hasta el hoyuelo

del alma.

 

 

ILUMINACIÓN

 

El poeta debe comprobar

la fuerza de sus piernas

antes de sentar la belleza

en sus rodillas.

 

 

José Lira Sosa (1930-1995). Alrededor de la fogata. Caracas: Fundación Editorial el perro y la rana, 2006.

Eero Järnefelt, "Landscape" (1905)


Digo tu nombre, mar, tu nombre ardido

de soles y de júbilo creciente,

y el corazón enamorado siente

más clara la presencia del latido.

 

Velero que navega repetido

por los quietos espejos de la frente,

regresa tu paisaje lentamente

como si retornara del olvido.

 

Y surge tu comarca marinera

con una transhumante primavera

de espumas en la mano de cristal.


Y tu voz de colores, y tu alada

corona de blancura trabajada

en gaviotas y pétalos de sal.



Meira Delmar (1922-2009). Poemas de Meira Delmar. Colombia: Universidad del Valle, Centro de Estudios de Género, Mujer y Sociedad, 2009.

 

Eero Järnefelt, "Frog With Marsh Marigold" (1880 - 1937)

 

UN POEMA DEL CUERPO

 

El cuerpo recuerda, dice Sandor Márai,

como si hablara de un espejo.

 

De los cinco sentidos con que fue dotado

el hombre, el tacto es el más confiable.

 

No lo confunde la noche redonda

ni se retira con la llegada de la aurora.

 

El cuerpo tiene su propio laberinto,

su oculta geografía de caminos y posadas.

 

El cuerpo recuerda, es verdad, y sus memorias

nos hablan de esplendores sedosos y humedales.



 PRESENTE Y MEMORIA


No hay memoria del presente, nos recuerda

Aristóteles, pues el recuerdo no es sensación

ni juicio. Pero, cuando pongo mis manos

en tus pechos, me acuerdo de ti.



SAPITOS


Para Jaime Manrique Ardila


Los sapitos de Cartagena cantan

para que la mar no se los lleve.

Cantan con nostalgia, toda la noche,

alimentados por el recuerdo.

Los sapitos de Cartagena sufren

el exilio de los tiempos. Se miran

en el espejo, sus barbas blancas

como pulpa de guanábana y sus labios

cansados de furtivos besos. 

Yo los oigo desde las murallas,

esta noche sus voces son roncas,

el aguardiente de las olas

tiene irritada sus gargantas.



Alejandro Oliveros (1948). Nuevos poemas del cuerpo. Connecticut, Estados Unidos. Inti: Revista de literatura hispánica, no. 75, Article 34, 2012.

 

Robert John Thornton, "Flora dispensing her favours on the earth" (1807)

 

dile al sepulturero
que te preserve
con tu cuerpo perfecto
indistinguible
bajo el suelo

dile al lapidario
que te engrave
con palabras piadosas
renombrando tu epitafio

dile al gusano
que te consuma
a besos tiernos
endulzados
en la tierra

y recuérdale a la muerte
que te lleve
con sus brazos destrozados
a tu entierro

mientras yo
siempre conservo
la esencia divina
de mis amores
descompuestos

 

 

Natalia Treviño (2005).  Poesía Internacional: Natalia Treviño. Lima, Perú: Revista Kametsa, 24 de junio de 2025.


Link: https://revistakametsa.wordpress.com/2025/06/24/poesia-internacional-natalia-trevino-mexico/

 

Willem Van Mieris, "Tartuffe et Élmire supris par Damis, fils d’Orgon" (1711)

 

Atizando como fuego su corazón amoroso

su casta túnica negra, feliz, la mano enguantada,

un día que se iba, espantosamente dulce,

amarillo, babeando la fe de su boca sin dientes,

 

un día que se iba, "Oremus" —un Malvado

lo agarró con fuerza por su oreja beata

y le arrojó horribles palabras, arrancando

su casta túnica negra alrededor de su piel húmeda.


¡Castigo!... Sus hábitos estaban desabrochados,

y su largo rosario de pecados perdonados

desgranándose en su corazón, ¡San Tartufo estaba pálido!...


Así, pues, se confesó, rezó, ¡con un estertor!

El hombre se contentó con llevarse su alzacuello...

—¡Tartufo estaba completamente desnudo! ¡Qué asco!



Arthur Rimbaud (1854-1891). El barco ebrio (Poesía reunida). Caracas: Fundación Editorial El perro y la rana, 2012.

 

Giovanni Bellini, The Virgin and Child (probably 1480-1500)

 

 ESTERILIZACIÓN

 

El niño busca la cicatriz por donde sacaron su cabeza

Cuando la encuentra

dibuja la cicatriz con un lapicero rojo en la pared

La madre

más tarde

sin saberlo

tendrá que limpiar su propia herida.



SALA NEONATAL


El enfermo no tiene dientes

tiene dentro de la boca un desierto oscuro

Ahora es como un recién nacido

que se retuerce en la cama de un hospital.



SANGRE EN EL VIENTRE


La piel se abre como tierra

como la cabeza deforme de un dios

y su tristeza


No tengo auxilio

No puede encender

el fuego porque

este incendio no es mío


No son mías

las palabras

No son mías

las espinas

ni las piedras

ni las larvas del jardín


No son mías las ventanas

Ni siquiera es mío el salto


Ni siquiera es mía

                            la herida

tampoco la sangre que limpio de este vientre


No son míos

los muertos de esta casa.



Fadir Delgado Acosta (1983). Escritura del precipicio. Antología personal. Colombia: Universidad Externado de Colombia, 2021. 

Cornelis van Haarlem, "Two Followers of Cadmus devoured by a Dragon" (1588)


Cuando se lo ofrecieron a mis hijos,

les objeté que nos quitaría el aire.

Pero luego cedí: mi propia infancia,

los perros que cruzaban la memoria,

irrumpían en ladridos de nostalgia.

 

Al llegar orinó frente a la sala

y se fue a la terraza, su dominio.

Con inocencia artera comenzó

la destrucción, y aún no ha terminado:

las patas y los forros de los muebles,

las ropas esculpidas por la brisa,

todo cuanto el descuido o la confianza

brindan a su inquietud nunca saciada.

Y prosigue royendo el hueso múltiple

de las ofrendas que pone la inconsciencia

a su alcance, sin perdonar nada,

en su reino de dios inexorable. 

 

 

Jesús Alberto León (1940-2025). Secreta inquietud. Colombia: El Taller Blanco Ediciones, 2020.

 

Liliana Flores Hilario (2025). Foto cortesía de la autora.

 

Liliana Flores Hilario (Lima, 1992) es una poeta, académica y militante feminista que ha publicado los poemarios Trébol (2024) y, recientemente, Criaturas (2025), además de figurar en antologías como La tentativa de sentir y la plaqueta La sociedad de los poetas. También, Flores Hilario ha participado activamente durante años en la educación, promoción del libro y la lectura pública. Es por ello que nos planteamos una entrevista breve con la poeta para que nos aproxime a su noción de poesía, la vocación, la producción literaria y, por supuesto, la palabra.

 

 

Preguntas: 

 

1) Su resumen literario nos dice que, además de poeta, es psicóloga, educadora y promotora de la lectura. ¿Considera que estos roles han supeditado de alguna manera su capacidad creadora?  

 

Definitivamente, mi formación en psicología me ha llevado a explorar la condición humana en sus múltiples dimensiones: la psique, las emociones, los sentimientos y los esquemas cognitivos. Paralelamente, desde mi rol de educadora emerge en mí un juicio crítico hacia la sociedad; cuestiono y reconfiguro los conocimientos que deberían iluminar la vida. Creo que la escritura debe tener propósito: si se nombra “agua”, debe saciar la sed; si escribo “carencia”, el lector debe reflexionar.

En ocasiones, mi superyó se deja entrever de manera sutil, y soy consciente de la necesidad de superarlo. Sin embargo, me guía una convicción firme: no estoy llamada a vivir únicamente para mí, sino para servir al prójimo. De allí proviene mi vocación por la enseñanza y mi fe, quizá ingenua, en la posibilidad de transformar mi país, o al menos la comunidad en la que habito.

Si yo misma he experimentado una transformación a través de la poesía, estoy convencida de que también puedo acompañar a otros en ese viaje de lectura y escritura. Todo esto me permite expandirme en el trabajo creativo, encontrar recursos y asumir diversas perspectivas en el arte de escribir.

 

2) Poesía: ¿Mandato o elección?

 

Es un mandato. La poesía es una llamada, una orden que me exige escribirla a cualquier hora. Las palabras resuenan una y otra vez, como si tuvieran la necesidad de respirar en una servilleta, en hojas sueltas, en un cuaderno, detrás de un libro, en el celular.

Emerge espontánea, dubitativa, dócil pero inquebrantable, y yo no puedo decirle que no.

No soy tan ordenada, pero cuando escribo en mi máquina de escribir antigua, el olor de la tinta y el golpeteo de las teclas me incitan a fluir de un modo inconsciente, como si la poesía encontrara allí su propio cauce.

 

3) Sus poemas indagan sobre la naturaleza: lo vegetal, los animales, además de la exploración humana desde la identidad femenina, entre otros temas. ¿Hay límites a la hora de escribir poesía?

 

Es una pregunta muy interesante. Blanca Varela menciona que existen dos tipos de escritores: aquellos que escriben desde la conciencia y aquellos que lo hacen desde la locura, desde lo inconsciente. Yo me encuentro en la frontera.

Puedo escribir de manera consciente sobre la naturaleza salvaje: los árboles lúgubres, las flores carnívoras, la nostalgia. Pero si lo hago desde la fiebre, el dolor o la ansiedad, la escritura se vuelve más visceral, más cruda. Allí el texto fluye con otra intensidad. Sin embargo, escribir desde ese lugar todavía me cuesta: al tocar nombres o cosas temo romperlos; hay territorios sagrados con los que no me atrevo a jugar.

No sé si, cuando cruce esa línea, pueda regresar intacta. Aunque mis versos suelen ser oscuros, sombríos y tristes, aún respeto ciertos límites invisibles. En el fondo, sin embargo, sé que algún día habré de cruzar todas las fronteras.

 

4) Respecto al proceso creativo al escribir poesía, ¿primero nace el tema o son un cúmulo de exploraciones sensitivas/simbólicas creando un cuerpo poético?

 

Jamás hay un tema específico: el texto nace sin dirección, como un cúmulo de exploraciones más emotivas que se entrelazan con lo simbólico. Mi poesía brota de la privación, como bien menciona Cesare Pavese en El oficio de vivir: confirmo que hay que descender al abismo para poder escribir.

Mi poesía nace de la insatisfacción, de las frustraciones, de grandes decepciones, de la tristeza y del dolor. No sé escribir desde la felicidad —ese es, precisamente, mi reto—; cuando estoy feliz, simplemente no escribo.

Un amigo decía que mi poesía es como un caballo desbocado, y en efecto: doy rienda suelta a mi querella interior, a mi mundo subjetivo y desordenado, hecho de claroscuros y de frenazos en seco. Escribo movida por estímulos que remueven mi ser, y entonces me siento libre: libre para tocar puertas, para viajar, huir, denunciar, llamar.

 

5) ¿Qué le motivó a escribir «Criaturas»?

 

Esa es la pregunta más difícil. He pasado algunos días pensando en ella.
Pero te confieso que tengo la sensación de ser otro animal que no se resigna a morir.

Sentía que debía contar mil historias de todas las criaturas que habitaban en mi corazón. Algunos poemas tienen varios años; otros comenzaron a nacer de forma espontánea.

Cuando era niña fui al zoológico con mi maestra y mis compañeros. Yo me quedé observando a los animales, tanto que, de pronto, todos desaparecieron. Me sentí perdida, abandonada, y lloré muchísimo. Al salir encontré a un grupo de madres sentadas; me acerqué y me quedé allí, pero nadie me consoló. Entonces vi a mis compañeros cruzando un puente a lo lejos. Nadie regresó por mí, nadie me llevó de vuelta al grupo. Y seguí llorando…

Ya adulta, aún me agrada visitar el Parque de las Leyendas, pero cuando contemplo a los animales en cautiverio me invade una pena. No sé si es por los animales, o por aquella niña que se perdió, ¿fue olvidada o abandonada?

Así que Criaturas habla, quizás, de esos animales olvidados y abandonados. O tal vez de esa niña. Creo que cada lector lo descubrirá cuando lo lea.

 

6) ¿Consideras que «Criaturas» es tu bestiario particular?

 

Sí, porque convierto algo personal en un catálogo mítico, un registro poético donde los sueños, las obsesiones y los miedos se transforman en animales. Allí se enlaza mi experiencia íntima con una visión colectiva: la mirada hacia los animales domesticados y salvajes, símbolos de nuestra propia condición humana.

De esa manera alcanzo una profundidad compartida mediante el simbolismo.

Podría decirse que cada criatura es un fragmento de mí misma. Criaturas es un multiverso: el lector tendrá la experiencia de adentrarse en un códice antiguo y, al mismo tiempo, actual, porque el contexto influye de manera brutal.

 

7) ¿Tuvo algunos escritores/escritoras en mente o leyendo durante el proceso de composición de «Criaturas»?

 

He revisado varios libros por una costumbre natural. Leo poco y me gustaría dedicarle más tiempo, pero la rutina a veces lo complica. Aun así, he leído un poco de todo.

Entre mis lecturas más significativas están los libros de poesía de Antonio Cisneros y mi libro de cabecera, Un corazón de nadie de mi querido Pessoa, al que siempre regreso con cariño. También me han marcado El lobo estepario de Hermann Hesse, El oficio de vivir de *Cesare Pavese, Cuentos heridos de *José Carlos Agüero, Amistades animales de Ana Gallo y Katherine Quinn, Nuevo álbum de zoología de José Emilio Pacheco, el poemario de Lucía Ocampo Todo significa sed, y la poesía de Idea Vilariño.

 

8) ¿La palabra justa o la necesidad de que la palabra se ajuste a lo deseado?

 

Sí creo en la palabra que es justa, pero no como un destino fijo, sino como una búsqueda infinita por nombrar lo que se calla. Para mí, escribir es un intento de existir, un roce con lo innombrable, una forma de confesar y denunciar.

La palabra me reivindica en esta realidad que no acepto. Entonces me siento anarquista: escribir es mi modo de rebelarme contra el silencio y contra el olvido, pero también de aceptar a ciertas bestias que siempre logran escaparse.

 

9) En nuestra época desbordada por la multimedia, ¿cuál considera ha sido el impacto de las redes sociales digitales en su obra?

 

Ha tenido, en cierta medida, un impacto significativo: he logrado la difusión de mi obra poética y, gracias a ello, me han invitado a reuniones y círculos de poetas, recitales, ferias, eventos culturales e incluso entrevistas. De todas esas oportunidades he aceptado pocas, algunas por falta de tiempo y otras porque no suelo encajar en reuniones sociales; el medio a veces se siente frío y, literalmente, tengo la presión baja, de modo que al interactuar no siempre sé cuán real o sincera es la persona.

Por otro lado, también hay quienes reconocen y valoran mi trabajo: personas que me desean lo mejor, que me escriben por redes, y escritores o críticos literarios que se han dado el tiempo de leerme. Eso lo valoro profundamente y agradezco a todos los que contribuyen generosamente a la difusión de mi obra.

Aun así, el medio lo percibo distante. De vez en cuando escribo a librerías, editoriales o personajes del ámbito cultural para promover mis libros; no sé si revisan el número de mis seguidores para, olímpicamente, decirme que no o simplemente dejarme en visto. Pero definitivamente no estoy interesada en los likes, ni en la aprobación superficial.

Estoy convencida de que escribo, ante todo, para mí: como un medio de redescubrimiento, reencuentro y redención. Y si, en el camino, mis palabras logran remover algo en alguien, entonces mi poesía habrá cumplido su misión.

 

10) Además de promover su segundo poemario «Criaturas, ¿tiene algún proyecto literario en mente a largo o mediano plazo?

 

Claro que sí. Pensaba publicar el próximo año mi tercer poemario, centrado en el tiempo y el amor; sin embargo, he decidido guardarlo por ahora.

Por ciertas circunstancias de la vida, he comprendido que la poesía no basta. A largo plazo pienso publicar una novela: siento la urgencia de contar una historia antes de que se me olvide.

 

11) Mencionaste en una entrevista que «Es un lujo hacer poesía». ¿Qué es la poesía para ti?

 

Hacer poesía es un lujo, porque significa tenerlo todo o no tener nada.
Se necesita tiempo, libros, conciencia, locura, dolor, amor, miseria y muchísima nostalgia para contemplar los hechos de la vida y enfrentarlos.
Es perderse horas entre papeles y la máquina de escribir, ignorando la dolce vita.
Es entregarse a un delirio ambicioso: la búsqueda del verso redentor.

Pero la realidad nos obliga a tener otro oficio que pague las cuentas de la luz, el agua, el gas. Nosotros, los poetas, somos miserables de lujo: nuestros presagios nacen entre escombros y abismos. Y bien lo sabía Vallejo, que murió en París.

Bécquer respondería: “Poesía eres tú”.
Yo digo: poesía no eres tú.
Hay un sentido más amplio: la poesía son los derechos humanos, es el derecho a la vida como lo dijo Raúl Zurita.

La poesía es un derecho que nos sostiene: cuando no sabemos vivir, aprendemos a escribir.
Es libertad, porque nombra lo que incomoda, denuncia lo que hiere, exige incluso al mismo tiempo más tiempo.
La poesía me otorga una identidad que cruza todas las fronteras y garantiza mi dignidad.
Me hace visible cuando soy invisible para los demás.
Me concede la posibilidad de lo imposible y me invita a creer que, después del después, aún puedo habitar un pensamiento fuera del tiempo.

 

12) ¿Vivir para escribir o escribir para vivir?

 

Ambas. Vivo para escribir.
Mis pensamientos son prosaicos casi todo el día; mi necesidad de escribir es como la sed de cada mañana. Mezclo avena, pan y poesía.

A veces llego tarde al trabajo porque me detengo a escribir algunos poemas.
Escribo en todos lados: cuando voy al teatro, después del cine, al salir de un museo.

Llevo una forma de vida inusual.
Mi vocación de maestra paga mi otro oficio: escribir.

Escribir para vivir, es la única manera que conozco de cruzar fronteras, de lidiar con la realidad, con lo que percibo y siento, con el ser que soy: sensible, desajustada, amorfa, nostálgica; y me permite encontrar libertad.

 

 

 

 

Notas: *José Carlos Agüero (Lima, 1975). Escritor, historiador e investigador peruano.

Turner, The Parting of Hero and Leander (before 1837)


Adónde decirlo —de noche en el viento

en las caravanas de las estrellas y en la negrura que huele

a Mar. Adónde señalar lo griego de la amargura

con árboles mayúsculos adónde escribirlo

para que los sabios sepan descifrar

entre la segunda y la tercera ola

un duelo tan profundo, pero de piedras que me hundieron.

San Salvador —tú que fecundas huracanes

súbeme el ojo de la mar

para viajar en la verde claridad

y llegar al sitio donde cavan los albañiles del cielo

y encontrar otra vez el momento antes de nacer

en esos tiempos en que olían las violetas y no entendía

cómo es que no entiende a su relámpago el trueno

solamente te golpea cuatro veces —todo lumbre!



Odysséas Elýtis (1911-1996). Morada. Poemas. Lima: Lienzo, Revista de la Universidad de Lima, Núm. 002, 1981.

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