Jawlensky, "Summer evening in Murnau" (1908-1909) |
Verano, ya me voy. Y me dan pena
las manitas sumisas de tus tardes.
Llegas devotamente; llegas viejo;
y ya no encontrarás en mi alma a nadie.
¡Verano! Y pasarás por mis balcones
con gran rosario de amatistas y oros,
como obispo triste que llegara
de lejos a buscar y bendecir
los rotos aros de unos muertos novios.
Verano, ya me voy. Allá, en setiembre
tengo una rosa que te encargo mucho;
la regarás de agua bendita todos
los días de pecado y de sepulcro.
Si a fuerza de llorar el mausoleo,
con luz de fe su mármol aletea,
levanta en alta tu responso, y pide
a Dios que siga para siempre muerta.
Todo ha de ser ya tarde;
y tú no encontrarás en mi alma a nadie.
¡Ya no llores, Verano! En aquel surco
muere una rosa que renace mucho...
CÉSAR VALLEJO (1892-1938). Poesía completa. 1978. España: Barral Editores S.A.
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