Claude Monet, "The Luncheon" (1868-1869) |
El pequeñoburgués, hombre sin necesidades espirituales, [...] tampoco experimenta satisfacciones espirituales. [...] Ningún ansia de conocer y comprender, en virtud del conocer y comprender mismos, alienta su existencia; tampoco lo hace el ansia, tan afín a aquélla, de goces específicamente estéticos. Y si la moda o la autoridad le imponen por ventura placeres de este tipo, los despacha rápidamente como si fueran una especie de trabajo forzoso. Los únicos placeres que reconoce como auténticos son los corporales; y se regodea en ellos. Ostras y champaña son el punto culminante de su existencia.
Arthur Schopenhauer (1788-1860). El arte de tratar con las mujeres. Madrid: Alianza Editorial, 2011.