Caspar David Friedrich "Las edades de la vida" (1835) |
No hay ningún sendero para
escapar del tiempo
aunque
me halle cansado
y
enamorado de la vida
en
cada chispa que de ella brota
quemándome
la piel,
quemándome
entre la multitud en silencio,
quemándome
entero
con
los brazos abiertos al porvenir,
como
sí el mundo me abrazara maravillado.
La
verdad es que me encuentro
podridamente
enamorado de la vida
y
la persigo adónde quiera que vaya.
Me
crecen alas en las palabras
y
cuanto veo se convierte en un pedazo
de
mi corazón que late a lo lejos.
No
hay ningún sendero para escapar del tiempo,
pero
sí hay abismos
pero
sí hay calles deshechas
y
una lluvia que parece cargárselo
absolutamente
todo,
incluso
el tiempo.
JESÚS
MONTOYA (Mérida, Venezuela, 1993). Las noches de mis años.
2016. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.