Paul Verlaine (foto archivo)
Paul Verlaine (1844-1896). "Treinta y seis sonetos", versión de Luis Martínez de Merlo. Madrid: Poesía Hiperión.
Nada, Naturaleza, me conmueve de ti,
ni los campos nutricios, ni de Sicilia el eco
rojo de los idilios, ni la pompa auroral,
ni las solemnidades dolientes del ocaso.
El arte me da risa, y el hombre, y sus cantares
y versos, y los templos griegos y aquellas torres
que al cielo en espirales las catedrales lanzan,
y considero al bueno de igual forma que al malo.
No creo en Dios tampoco, y reniego y abjuro
de todo pensamiento, y en tocante al amor,
esa vieja ironía, mejor no me habléis de ello.
Harta ya de vivir y temiendo a la muerte
tal brick perdido, juego del flujo y del reflujo,
para horrendos naufragios se apareja mi alma.
Paul Verlaine (1844-1896). "Treinta y seis sonetos", versión de Luis Martínez de Merlo. Madrid: Poesía Hiperión.
Hanni Ossott (fotografía de Vasco Szinetar)
A todos
Toda vida es un drama
Rafael Cadenas
(en una conversación)
He muerto
he trascendido la muerte
he trascendido la vida
más allá de mí no queda nada
Sólo rastrojos
penas
La fiesta se ha apagado
las luces del teatro ya no existen
estoy en la nada
del circo no queda sino un traje raído
Cansado
descolorido.
Hanni Ossott (Caracas, 1946-2002). "El circo roto", 1996.
MÁS triste que lo que acontece
Es lo que nunca aconteció.
Mi corazón ¿quién lo entristece?
¿Quién me lo dio?
La nube trae lo que oscurece
Al campo que el cielo alumbró.
¿Memorias? Ninguna aparece.
La vida es cuanto se perdió
¡Y hay gente que nunca enloquece!
¡Ay de lo que en mí llamo yo!
Fernando Pessoa (1888-1935). "Noventa poemas últimos (1930-1935)". España: Ediciones Hiperión. 1993. Versión de Ángel Crespo.
Oriette D' Angelo (foto perfil de twitter)
Todo pensamiento que perdura es contradicción
MARCEL SCHWOB
Estamos hechos de fisuras
lanzamos piedras a las casas
cuestionamos nuestra valentía
acumulando la experiencia de un cuchillo callejero
Nos nombramos como calles
nos recordamos como épocas
como etapas que no acaban
Duelen los pasos
los recuerdos que me quitan la memoria de los pies
la de los tropiezos / la de los errores
la del orificio leve de la espalda
Perduras para contradecirme
perduras como Depeche Mode cantándome en la radio:
It's a question of not letting
what we've built up
crumble to dust
La mala memoria es tu fortaleza
me perduras como una contradicción
como el temblor de tu tierra
que no siento
me perduras
como el incendio que hace caos en el sur
y me hace sentir el humo en el norte
Aun así me condenas al exilio
de un cuerpo que no toco
en un país que me distrae
Jugamos al escondite
uno
dos
tres
y no hay propósito para encontrarnos
Oriette D' Angelo (Caracas, 1990). "Cardiopatías", Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana C.A., 2016.
Mark Rothko, "Untitled", 1963. |
Cinco latas de coca cola al día.
Dos cajetillas de cigarrillos,
media docena de calmantes
siete tazas de café
¿quién soy,
qué busco,
qué siento?
Soy
mi propio hastío.
Martha Kornblith (Lima, 1959- Caracas, 1997). "Sesión de endodoncia", (1997). Caracas: Editorial Eclepsidra.
Succiono las ubres masa esponjosa de latinoamérica nacida para la muerte Habitáculo experimental El águila el águila ovina la extensión tierra y yo busco esos pastos para alimentarme sueño un buen campo lejano Mi único ojo abierto está lleno de moscas La crueldad se refleja
Nadia Prado (Santiago de Chile, 1966). "Simples placeres", 1992.
De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa,
Hijo mayor de profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca de ídolo azteca
—Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida—
Ni muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y de aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!
Nicanor Parra (Chile, 1914). Antipoemas: antología (1944-1969). Barcelona: Seix Barral. 1976.
Cuando tú te quedes muda,
cuando yo me quede ciego,
nos quedarán las manos
y el silencio.
Cuando tú te pongas vieja,
cuando yo me ponga viejo,
nos quedarán los labios
y el silencio.
Cuando tú te quedes muerta,
cuando yo me quede muerto,
tendrán que enterrarnos juntos
y en silencio;
y cuando tú resucites,
cuando yo viva de nuevo,
nos volveremos a amar
en silencio.
Y cuando todo se acabe
por siempre en el universo,
será un silencio de amor
el silencio.
Andrés Eloy Blanco (1897-1955). "Las cien mejores poesía líricas venezolanas", Pedro P. Barnola (comp.). España, 1964.
Hablan poco los árboles, se sabe.
Pasan la vida entera meditando
y moviendo sus ramas.
Basta mirarlos en otoño
cuando se juntan en los parques:
sólo conversan lo más viejos,
los que reparten las nubes y los pájaros,
pero su voz se pierde entre las hojas
y muy poco nos llega, casi nada.
Es difícil llenar un libro
con pensamientos de árboles.
Todo en ellos es vago, fragmentario.
Hoy, por ejemplo, al escuchar el grito
de un tordo negro, ya en camino a casa,
grito final de quien no aguarda otro verano,
comprendí que en su voz hablaba un árbol,
uno de tantos,
pero no sé qué hacer con ese grito,
no sé cómo anotarlo.
Eugenio Montejo (1938-2008). "Algunas palabras", 1976.
Eso dicen
que al cabo de diez años
todo ha cambiado
allá
dicen
que la avenida está sin árboles
y no soy quién para ponerlo en duda
¿acaso yo no estoy sin árboles
y sin memoria de esos árboles
que según dicen
ya no están?
Mario Benedetti (1920-2009). "Inventario: poesía 1950-1985". Caracas: Alfadil Ediciones. 1993.