Se cae de espaldas como luz
presente
en
empedrado gris y conseguido
por
junturas de verdes y enlucido
de
cal en vertederos de la frente.
Frente
que por sí misma ciñe ausente
amigo
castigado y ofendido.
Basta
ya, no de muerte, sí de olvido
para
una sombra en soledad creciente.
Se
cae de espaldas, ¡oh! mísera dulzura
con
señas anteriores en desuso
(señas
de humillación). El pecho vivo
ofrece
plana de abisal blancura.
Escribo
en pliego lúdico, inconcluso
y
estoy en soledad por siempre oscura.
Morrocoy, 10-1996
ANA
ENRIQUETA TERÁN (Trujillo, Venezuela, 1918). Extravagancias lúdicas. (2016).
Caracas: Fundación Biblioteca Ayacucho.