Goya, "Los Proverbios" (1815-1823) |
Cuando Augusto Fortepiedra enfermó gravemente, sentir como menguaban sus fuerzas hasta dejar de trabajar definitivamente como bedel en el aeropuerto de Santaeva, tener que coger cama y toser a cada rato como si sus pulmones se fuesen a desprender, lo primero que pidió, luego de regañar por un cigarrillo, fue llamar al padre Jesús Meléndez. Éste era un viejo conocido suyo, contemporáneos, unidos por padres amigos, ambos muertos por cirrosis hepática y madres abnegadas al amor de hombres duros en tiempos duros. El padre Meléndez lleva un par de años oficiando misa en «La Jungla», un poblado al este de Santaeva rodeado por una plaza custodiada por la iglesia principal, blanca, altiva, con una campana repicando todas las tardes cuando el sol se empeña en dejar de posarse sobre la mar.
Francisco Camps Sinza (1988). ¡Traigan al padre!, Papel Literario, El Nacional, 2022.