Efraín Hurtado (imagen de archivo) |
A veces
me derriba un gran vértigo.
A medianoche
me veo desahuciado en los espejos,
el monstruo me abandona a una muerte atroz.
Para olvidarme, ambulo por lugares
muy quietos
o me voy por años a otros poblados,
para olvidarme,
aunque soy la víctima de siempre,
mi cómplice más cruel.
Efraín Hurtado (1934-1978). "Papeles de condenado" en Rafael Arráiz Lucca (comp.) Antología de la poesía venezolana II. Caracas: Editorial Panapo. 1997
Que se suicide la poetita de mierda
cuando los gatos se agarren en los techos
lanzando gritos alucinantes
llantos de guaguas en celo
o se arrojen de cabeza
desde los árboles en otoño
que se mate de una vez
la loca chascona y borracha
apenas se termine el pisquito
(traguito chilensis)
que se pegue un tiro, entonces
la pendeja
cuando la brisa de papitas fritas
venga desde el oscuro carrito de la esquina
que cargue la pipa, el vaso
y se tire un gatillazo de fondo
bailándote un rock
porque a veces estás tan down
muchacha traviesa.
Malú Urriola (Santiago de Chile, 1967). "Hija de perra y otros poemas". 2010. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.
Juan Calzadilla "Bandas verticales de arriba a abajo" |
Yo tenía como ocupación habitual pasar de largo.
Dejaba atrás las ciudades, las multitudes,
las plazas, la campiña y la recta que conduce
al horizonte y su curvatura plana.
Lo cierto es que dejaba bien atrás al tiempo
como si ya no me perteneciera.
Y además, el presente, el porvenir, los buenos
y malos augurios, los muertos en sus parcelas,
las máscaras, los trajes, el exilio,
los huesos frotados por el timbre de las lluvias,
el temor, el éxito y las calamidades,
los claros entre la maleza y la muralla,
quién duda de que eran un recuerdo bien lejano.
Memoria, te nombraré de última,
ah viejo reloj estropeado.
Quién mejor que yo sabía que mi programa
era pasar de largo
y que si algo llevaba yo conmigo
era mi deseo de pasar de largo.
Juan Calzadilla (Altagracia de Orituco, 1931). "Poesía por mandato. Antología personal (1978-2012). 2014. Caracas: Monte Ávila editores latinoamericana.
John Donne por Isaac Oliver (1616). |
Cuando mi tumba sea abierta nuevamente
Para recibir a un segundo huésped,
(pues las tumbas han aprendido esa femenina
[condición
De ser lecho para más de uno),
Y el que cave descubra
Alrededor del hueso un brazalete de brillante cabello,
¿No habrá de dejarnos solos
Pensando que yace allí una pareja de amantes
Para quienes tal ardid pudiera ser un medio
De hacer que sus almas, en el último día activo,
Se reúnan por breve tiempo en esta tumba?
Si tal sucediera en una época, o tierra,
Donde la superstición impera,
Entonces, el que cave
Nos llevará al obispo y al rey
Para hacer de nosotros reliquias;
Tú serás entonces una María Magdalena
y yo algo semejante;
Todas las mujeres, y algunos hombres, nos adorarán,
Y puesto que en tales tiempos se ansían milagros
Me gustaría enseñar con este escrito
Que milagros hicimos nosotros, inofensivos amantes.
Primero, nos amamos bien y fielmente,
Sin saber, empero, lo que amábamos, ni por qué,
Sin saber de diferencias de sexo
Más que nuestros ángeles custodios;
Al encontrarnos o al partir,
Por casualidad pudimos besarnos, pero nunca en el
[intervalo;
Nuestras manos jamás tocaron los sellos
Que la naturaleza, dañada por tardía ley, rompe.
Estos milagros hicimos; pero ahora, ay,
Tendría yo que superar toda medida y lenguaje
Si dijera qué milagro era ella.
John Donne (1527-1631). "Poemas de John Donne", 1979. Caracas: Fundarte. Versión de William Shand y Alberto Girri.
Como latas de cerveza vacías y colillas
de cigarrillos apagados, han sido mis días.
Como figuras que pasan por una pantalla de
[televisión
Y desaparecen, así ha pasado mi vida.
Como los automóviles que pasaban rápidos por las
[carreteras
Con risas de muchachas y música de radios...
Y la belleza pasó rápida, como el modelo de los autos
y las canciones de las radio que pasaron de moda.
Y no ha quedado nada de aquellos días, nada,
más que latas vacías y colillas apagadas,
risas en fotos marchitas, boletos rotos,
y el aserrín con que al amanecer barrieron los bares.
Ernesto Cardenal (Nicaragua, 1925-2020). "Gethsemaní, Ky", 1960, en "Antología Poética", 2005. Caracas: Monte Ávilas Editores Latinoamericana, C.A.
Paul Cézanne, "Still life with kettle" (1867-1869) |
Enemigo de muerte en todo
te busco para que
arreglemos el viejo asunto
Sin pistola ni piedra ni palo
ni daga de hoja curva te busco
Cuando te encuentre las palabras
serán como lluvia en el océano
Un sin ruido rebasará las cumbres
Te cercaré y te mataré
con el soplo de todas las cosas
De ti no quedará ni el humito
VÍCTOR VALERA MORA (Valera, 1935- Caracas, 1984). "70 poemas stalinistas", 1979, en "Nueva Antología", 2004. Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana.
Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes
a tus ojos oceánicos.
Allí se estira y arde en la más alta hoguera
mi soledad que da vueltas los brazos como un náufrago.
Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes
que otean como el mar a la orilla de un faro.
Solo guardas tinieblas, hembra distante y mía,
de tu mirada emerge a veces la costa del espanto.
Inclinado en las tardes echo mis tristes redes
a ese mar que sacude tus ojos oceánicos.
Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas
que centellean como mi alma cuando te amo.
Galopa la noche en su yegua sombría
desparramando espigas azules sobre el campo.
Pablo Neruda (Chile, 1904-1973). "Veinte poemas de amor y una canción desesperada", 1923. En "Antología General", 2010. España: Real Academia Española.
"Autorretrato con oreja vendada" Vincent Van Gogh (1889) |
Sólo hay una forma de locura
(he tardado años en entenderlo)
aquélla en la que se cree
que todo se ha perdido
más nada se ha perdido
aquélla en que se cree
que nada se ha perdido
mas todo se ha perdido.
«Tenemos que discutir
en detalle este problema»
—diría usted—
Martha Kornblith (Lima, 1959- Caracas, 1997). "Sesión de endodoncia", 1997. Caracas: Editorial Eclepsidra.
El dolor tiene un elemento en blanco;
no puede recordar
cuando empezó o si hubo una vez un día
en el que no existía.
Él es su propio provenir,
en su reino se contiene su pasado
iluminado por percibir
nuevos períodos de dolor.
Emily Dickinson (1830-1886). "Antología de la poesía norteamericana", 2007. Versión de Ernesto Cardenal y José Coronel Urtrecho. Caracas: Fundación Editorial el Perro y la Rana.
Cuando esté muerta y el brillante abril
sus mojados cabellos se sacuda,
aunque tú te me acerques abrumado,
yo estaré muda.
Y estaré en paz, en paz como los árboles
están, cuando la lluvia los desflora,
y estaré tan callada y tan helada
como tú estás ahora.
Sara Teasdale (Estados Unidos, 1884-1933). "Antología de la poesía norteamericana", 2007. Versión de Ernesto Cardenal y José Coronel Urtrecho. Caracas: Fundación editorial el perro y la rana.