EL CASTIGO DE TARTUFO
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Willem Van Mieris, "Tartuffe et Élmire supris par Damis, fils d’Orgon" (1711) |
Atizando como fuego su corazón amoroso
su casta túnica negra, feliz, la mano enguantada,
un día que se iba, espantosamente dulce,
amarillo, babeando la fe de su boca sin dientes,
un día que se iba, "Oremus" —un Malvado
lo agarró con fuerza por su oreja beata
y le arrojó horribles palabras, arrancando
su casta túnica negra alrededor de su piel húmeda.
¡Castigo!... Sus hábitos estaban desabrochados,
y su largo rosario de pecados perdonados
desgranándose en su corazón, ¡San Tartufo estaba pálido!...
Así, pues, se confesó, rezó, ¡con un estertor!
El hombre se contentó con llevarse su alzacuello...
—¡Tartufo estaba completamente desnudo! ¡Qué asco!
Arthur Rimbaud (1854-1891). El barco ebrio (Poesía reunida). Caracas: Fundación Editorial El perro y la rana, 2012.
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