EL JOVEN A SUS JUICIOSOS CONSEJEROS

by - febrero 05, 2023

 

Un hombre con alas está recostado de una cama. A su lado una mujer descansa.
Jacques Louis David, "Cupid and Psyche" (1817)




¿Pretendéis que me apacigüe? ¿Que domine

este amor ardiente y gozoso, este impulso

hacia la verdad suprema? ¿Que cante

mi canto del cisne al borde del sepulcro

donde os complacéis en encerrarnos vivos?

¡Perdonadme!, mas no obstante el poderoso impulso que lo arrastra

el oleaje surgente de la vida

hierve impaciente en su angosto lecho

hasta el día en que descansar! en su mar natal.


La viña desdeña los frescos valles,

los afortunados jardines de la Hesperia

sólo dan frutos de oro bajo el ardor del relámpago

que penetra como flecha el corazón de la tierra. 

¿Por qué moderar el fuego de mi alma

que se abrasa bajo el yugo de esta edad de bronce?

¿Por qué, débiles corazones, querer sacarme

mi elemento de fuego, a mí que sólo puedo vivir en el combate?


La vida no está dedicada a la muerte,

ni al letargo el dios que nos inflama.

El sublime genio que nos llega del Éter

no nació para el yugo.

Baja hacia nosotros, se sumerge, se baña

en el torrente del siglo; y dichosa, la náyade

arrastra por un momento al nadador,

que muy pronto emerge, su cabeza ceñida de luces.


¡Renunciad al placer de rebajar lo grande!

¡No habléis de vuestra felicidad!

¡No plantéis el cedro en vuestros potes de arcilla!

¡No toméis al Espíritu por vuestro siervo!

¡No intentéis detener los corceles del sol

y dejad que las estrellas prosigan su trayecto!

¡Y a mí, no me aconsejéis que me someta,

no pretendáis que sirva a los esclavos!


Y si no podéis soportar la hermosura,

hacedle una guerra abierta, eficaz.

Antaño se clavaba en la cruz al inspirado,

hoy lo asesinan con juiciosos e insinuantes consejos.

¡Cuánto habéis logrado someter

al imperio de la necesidad! ¡Cuántas veces

retuvisteis al arriesgado juerguista en la playa

cuando iba a embarcarse lleno de esperanza

para las iluminadas orillas del Oriente!


Es inútil: esta época estéril no me retendrá.

Mi siglo es para mí un azote.

Yo aspiro a los campos verdes de la vida

y al cielo del entusiasmo.

Enterrad, oh muertos, a vuestros muertos,

celebrad la labor del hombre, e insultadme.

Pero en mí madura, tal como mi corazón lo quiere,

la bella, la vida Naturaleza.




Friedrich Hölderlin (1770-1843). Poesía completa. Barcelona, España: Libros rio nuevo, 1977.

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